Llevar una vida minimalista es elegir un estilo de vida alejado del consumo y de los excesos. Consiste en tener sólo lo necesario, tanto de forma material como mental. Básicamente, lo que busca es reducir todo a lo esencial y quitar los elementos que sobran.
En nuestra sociedad, nos pasamos los días preocupándonos por tener más y más plata para comprarnos infinidades de cosas que, en su mayoría, no precisamos; increíbles cantidades de ropa, muebles, esos zapatos que nos “flashearon” mientras caminábamos hacia el trabajo, el último celular, la mejor computadora, etc., etc., etc.
Lo que ocurre es que las posesiones no solo traen acumulación material (juntamos y consumimos cosas que no necesitamos), sino que también ocupan espacio en nuestra mente. ¿Por qué? Porque el hecho de perseguir ese objetivo hace que, probablemente, tengamos que trabajar más horas a costa de nuestra salud para alcanzarlo, llenar nuestra cabeza con presiones innecesarias o sacrificar nuestro tiempo de ocio para conseguirlo.
Las necesidades (claro que las básicas se excluyen) no son reales. Por el contrario, son creadas por nosotros mismos, producto del sistema en el que vivimos.
¿Es realmente posible lo que nos plantea el sistema?
El capitalismo nos dice, de forma implícita, que cuanto más poseemos es mejor y que el materialismo es un fin muy importante; siempre hay que “tener lo último”, porque sino, nos quedamos afuera (vaya uno a saber afuera de qué). El único problema es que nos hace creer que esto es alcanzable, realizable, cuando en verdad, pocas veces llegamos a esos estándares altísimos y hasta utópicos que plantea.
Cuando uno compra el último modelo de celular, ya está saliendo uno nuevo; si uno se capacita en un área laboral, algo se está modificando al mismo tiempo; si estamos en invierno con 0 grados, en las vidrieras se vende ropa de la próxima temporada. ¿Cómo se puede vivir tranquilo con tantos estímulos?
El sistema nos crea una falsa realidad para que persigamos objetivos que lo único que hacen es generarnos más ansiedad y preocupación. Sin embargo, nosotros no podemos ver que nunca alcanzaremos esas metas, pero igual, corremos y sufrimos para intentar alcanzarlas.
Un documental excepcional para entender en qué consiste una vida minimalista
Te recomiendo el documental realizado por www.theminimalists.com, dos genios que encauzaron un proyecto muy claro sobre qué es ser minimalista. El trailer tiene subtítulos en inglés, pero la peli está disponible en Netflix con subtítulos en español.
¿Por qué voy hacia una vida minimalista?
Tras mi experiencia de viaje por Sudamérica como mochilera (también te puede interesar esta nota: salir de la zona de confort), empecé a entender (o a ver) muchas cosas de las que no era consciente. Antes de diciembre de 2014, estaba acostumbrada a comprar por impulso y a llenarme de posesiones, sin establecer prioridades en mi vida. Si tenía ganas de tener x cosa, entonces iba y la compraba, no me preguntaba si me era funcional. Y así, sin darme cuenta, empecé a acumular cada vez más pertenencias.
Gracias a mi travesía, me veía obligada a colocar todo en una mochila de 65 lts y en otra pequeña (exceptuando la bolsa con materiales de trabajo), por lo que con el tiempo, empecé a soltar la ropa que no usaba y a ir acostumbrándome a tener únicamente lo que necesitaba en esos días.
Claro que por momentos extrañé tener un poco de más variedad, no voy a mentir. Sin embargo, al mismo tiempo, experimentaba una sensación de libertad y liviandad maravillosa. Fue un descubrimiento hermoso que me cambió la vida.
Tan bien me empecé a sentir, que al regresar a la Argentina, quise continuar con esta filosofía, así que lo primero que hice fue vaciar mi placard y biblioteca para donar y vender las cosas que no necesitaba. Una vez más, volvía a sentir esa sensación de libertad, de sacarme un enorme peso de encima! Sin duda, sensaciones nuevas en mi vida.
Al poco tiempo de haber vuelto a mi país de origen, tras toparme con el término minimalismo en internet, descubrí que, justamente, lo que estaba haciendo era empezar a implementar muchos conceptos de lo que es llevar una vida minimalista. Y, desde ese momento, intento practiarlo con mayor intensidad en mi día a día.
Por todos estos motivos, quiero compartirte sus puntos más importantes, de modo que puedas entender un poco más de qué se trata todo esto. Y quién te dice, a lo mejor, quieras ponerlos en práctica para tener una vida más tranquila y sencilla.
Entonces, ¿cómo ser minimalista?
- Comprá solo lo necesario: manejar los impulsos y preguntarnos en qué nos puede ser funcional ese objeto que tanto queremos comprar, nos ayuda a frenarnos justo a tiempo, o por el contrario, nos da acceso a eso que estamos precisando. Pensá en lo que necesitás verdaderamente. Es mejor menos, pero de calidad. Elegí lo que te inspira y hace feliz.
- Establecé prioridades: no llenes tu día de actividades y obligaciones. Concentrate en lo que sabés que querés hacer y en lo necesario. Andá de a poco, ya habrá tiempo para estudiar todo lo que te gusta o para juntarte con esa persona que querés ver hace tanto. Hacelo, pero sin sobrecargarte.
- Deshacete de lo que no usás: doná, hacé una buena acción, intercambiá por algo que te sea útil. Sacá tus viejas pertenencias para dejarle lugar a nuevas experiencias.
- Desapegate: juntar objetos no hace más que crearnos un peso, ocupar lugar y no brindarle espacio a algo que podemos estar precisando. Trabajar el desapego material, también se transfiere a lo emocional; cuando se entiende que soltar es sano, comienza un proceso de limpieza.
Recordá siempre que tus memorias van a permanecer en tu corazón, por más que ya no tengas ese objeto o a esa persona al lado tuyo. - Acumulá experiencias: invertí tu dinero en viajar, conocer gente, probar nuevos platos de comida, descubrir otras culturas, visitar un teatro o una muestra de fotografía. A fin de cuentas, lo único que nos hace crecer, son las experiencias.
- Enfocate: evitá el uso constante de celular, responder cada notificación, estar pendiente de los mails y de la tecnología. Este es un punto clave para una vida minimalista. Desconectate por un tiempo cuando tengas que trabajar o decidas hacer alguna actividad de ocio, como un deporte o leer. Estar constantemente conectad@ genera muchos estímulos que le quitan lugar a la tranquilidad.
- Creá un entorno agradable: tener una casa gigante con mucho espacio de sobra o miles de objetos que producen contaminación visual, cargarán el ambiente y tu mente con imágenes que no te aportan nada. Viví en un lugar ameno y confortable, de forma que sientas que allí podés encontrar tu paz interior.
- Evitá deudas innecesarias: analizá tu situación y observá dónde estás parad@. Si aún debés plata o tenés un objetivo determinado al que querés llegar, no sigas sumando “deberes” que ocupen espacio; enfocate en eso. Ya habrá tiempo para lo otro.
Conclusiones
Seguir un modo de vida minimalista no dice que está prohibido comprar o que hay que evitar consumir, darse gustos o tener varios proyectos a la vez. Lo que sostiene es que no lo hagamos compulsivamente y que tengamos claras nuestras prioridades. De esta forma, evitaremos sobrepasarnos con deudas, ideas, obligaciones u objetos que no hacen más que dispersarnos y preocuparnos.
¡La idea es enfocarnos en lo esencial y en lo que nos hace bien!
Preguntas para observar cómo esta tu vida: ¿Llevás una vida sencilla o te sentís sobrepasad@? ¿Acumulás cosas que no necesitás o te deshacés de ella, contribuyendo con quienes tienen poco? ¿Practicaste el soltar?