El hygge (se pronuncia algo así como huu-gue) es una palabra de origen danés que se puso en boga el último tiempo y que va mucho más allá de ser solo un término: hygge es una forma de vivir basada en disfrutar de las pequeñas cosas.
Hace poquito, escuché este término que, poco a poco, comenzó a hacerse más frecuente entre quienes buscamos construir una vida sencilla y plena, basada en el bienestar y disfrute en la mayor medida posible.
Hygge es una palabra exclusivamente danesa que no tiene traducción exacta dado que puede definirse de varias formas: buscar el bienestar, disfrutar de las pequeñas cosas, compartir en familia, relajarse, estar en un ambiente “cozy” (acogedor), entre otras posibles definiciones. En Dinamarca es súper común; tal es así, que se usa como sustantivo, verbo y adjetivo. Si bien es muy apropiada durante el otoño o invierno (por el hecho de buscar lugar cálidos, acogedores), la realidad es que no se utiliza solo en esos contextos.
Seguramente todavía no termine de quedarme muy claro de qué va este concepto, pero estoy segura de que al leer más sobre él, vas a darte cuenta de que ya debés estar aplicando esta maravillosa filosofía de vida en tu día a día.
Cómo aplicar el hygge en la vida diaria
Crear ambientes acogedores
Los espacios confortables, que los sientas “muy tuyos”, son fundamentales. Es importante tener un rincón, lugar u objeto, como podría ser un sillón, donde disfrutes contemplar el alrededor, leer un libro o tomarte una rica taza de té o café. Estos lugares se conocen como hyggekrog. Si es invierno, no puede faltarte una manta, indispensable para tener un hyggestund (momento hygge). Infaltables también las luces naturales, como velas, y los muebles rústicos. Mejor aún si tenés una chimenea. ¡Acá encontrarás algunas ideas sobre cómo decorar tu casa con este estilo!
Compartir nuestros espacios con quienes más queremos
Si bien compartir momento junto a otros se puede realizar en cualquier espacio, ya sea al aire libre o en un bar, los daneses valoran mucho el invitar a amigos o familiares a nuestras propias casas para cocinar juntos, disfrutar de una buena peli o de un rico vino, sin wi fi ni teconología de por medio. La idea es enfocarse en ese instante.
Este punto responde al hecho de disfrutar de las pequeñas cosas, como puede ser compartir momentos junto a las personas que queremos para reir juntos, abriéndoles nuestro espacio y corazón.
Disfrutar de no hacer nada
El Hygge invita a regalarnos momentos de soledad en los que no estemos haciendo nada y, claro… disfrutarlos. También nos sugiere dejarnos momentos para hacer cosas que nos gustan, ya sea en intimidad o junto a nuestros seres queridos. Según este concepto, es importante tener momentos de descanso, desconexión (y, por ende) reconexión, así como también de placer.
Recordar a nuestros ancestros
Varios daneses opinan que el hygge se relaciona en gran medida con mantener vivas las tradiciones y utilizar objetos de valor personal que nos remontarán a lindos recuerdos, como puede ser ver una foto vieja, utilizar la vajilla de nuestros abuelos o preparar comidas tradicionales para las festividades. Todas ellas, son cosas muy hyggelig. Así que ya sabés, ¡guardá esos objetos que te traen nostalgia (de la linda) y que te transportan a hermosos momentos de tu vida.
La comodidad, infaltable
Ponerse ropa cómoda o quedarnos en lugares que nos permiten fluir y relajarnos, es hyggelig. Desayunar en la cama los fines de semana, quedarse durmiendo un rato más o leer un libro con una rica taza de café y sin prisa, son ingredientes que también entran en la receta de los daneses para vivir felices.
Buscar el relax pleno
Mientras se está “hyggeling”, se recomienda evitar tocar temas que crispen los nervios, como puede ser hablar de política, economía o hechos de inseguridad. Y si uno está solo, lo mejores esquivar pensamientos que nos produzcan malestar o que nos saquen del confort que estamos transitando.
Ponete una linda música relajante de fondo y disfrutá a pleno de tu instante presente, ¡que lo tenés más que merecido!
La naturaleza, presente
En una casa hygge no puede faltar la presencia de la naturaleza, por eso deber haber muchas plantas y muebles de madera. También podés decorar tu hogar con piñas, hojas o ramitas. ¿Hermoso concepto, no? Qué mejor que tener a la Pachamama presente en cada rincón de nuestra casa para transmitirnos su paz, sabiduría y belleza.
¿Querés conocer más sobre el hygge?
¡Entonces te sugiero dos libros sobre esta temática que se están volviendo muy famosos y que son los más recomendados! “Hygge. La felicidad en las pequeñas cosas” (el cual estoy por comenzar a leer) y “Hygge. La receta de la felicidad”. ¡Contame después qué tal te resultaron!
En resumen…
Espero que hayas logrado captar la esencia del hygge para que puedas empezar a aplicarlo en tu día a día. ¡Yo ya lo estoy haciendo y realmente lo disfruto mucho! Encender velas, ponerme una linda música para relajarme en el sillón mientras leo, decorar mi casa con adornos que me inspiran sensaciones lindas, de modo que al llegar, la sienta mi hogar… algo súper importante.
Tod@s nos merecemos bienestar, sentirnos bien, relajarnos, darnos gustos y vivir en espacios acogedores, que nos den felicidad y que nos representen. El hygge nos invita justamente a esto; a permitirnos reconectarnos con nosotr@s mism@s para aprender a disfrutar, siempre.
¡Animate y date la posibilidad de aplicar esta forma de vivir en tu día a día! Seguramente sientas cambios y disfrutes mucho de los resultados.
¡Qué tengas un hermoso día!